Soy un vecino de Soto de Viñuelas desde hace cuatro años y me mudé a esta urbanización, entre otros motivos por la seguridad que parecía haber en cuanto a robos o intrusiones en viviendas.
Hasta la semana pasada, presumía de vivir en una urbanización que estaba vigilada por una empresa privada de seguridad, en una población en la que había una Comandancia de la Guardia Civil y con su propia policía municipal.
Si a esto añadimos una completa instalación de alarma en toda la casa, cualquiera pensaría que era una vivienda segura.
Pues bien, tengo que decir que EN ABSOLUTO es así.
El viernes pasado, entre las 7.00 y las 10.00 de la noche, entraron en mi domicilio y reventando dos muros de hormigón se llevaron dos cajas fuertes que tenía empotradas en dichos muros.
Ni que decir tiene que debieron hacer un ruido atronador para romper los muros y que debió oírse perfectamente en la calle Alameda Baja, que es a la que dan estos muros. También debieron utilizar un vehículo lo suficientemente grande como para traer la herramienta que necesitaron y para llevarse las cajas, una de las cuales era bastante grande y pesada. Entre otros destrozos machacaron la central de alarma y eliminaron sensores volumétricos a golpes.
Pues bien, nuestra "seguridad privada" apareció bastante después de que llegara la Guardia Civil, prácticamente cuando ya se iban. Me imagino que vieron destellar las luces del coche patrulla y les llamó la atención.
Aparte del aspecto económico y los consiguientes trastornos que se sufre tras un hecho como este, lo peor y con mucha diferencia, es la tremenda sensación de indefensión que te queda y la frustración al pensar que la intromisión en tu intimidad no está en absoluto garantizada, al menos en lo que respecta a nuestra urbanización y a nuestra empresa de seguridad.